Desde siempre la lectura ha sido parte de mi vida y considero que no necesariamente en todas las ocasiones debe ser un acto solitario, por eso le ofrezco: 1. Leerle en voz alta sin importar su edad. 2. Asesorarlo en la compra o recomendarle libros para niños entre cero y doce años. 3. Enseñarle a leer o escribir sin importar su edad. 4. Presidir clubes de lectura para grupos de máximo ocho personas.